Berlín, 7 jul (dpa) – Los socios bávaros de la canciller Angela Merkel confían en que el resto de países de la Unión Europea (UE) no ponga trabas al polémico plan migratorio acordado en el seno del Gobierno alemán y que contempla la expulsión de peticionarios de asilo desde la frontera germana a esos Estados vecinos.
Alexander Dobrindt, jefe del grupo parlamentario de la Unión Cristianosocial (CSU), la rama bávara de la Unión Cristianodemócrata (CDU) que comanda la dirigente, aseguró hoy en Berlín que no cree que el resto de países miembro de la UE, movido por el temor a tener que acoger a un gran número de migrantes expulsados de Alemania, se niegue a registrarlos.
“Quien no respeta las reglas europeas más básicas, no pueden esperar cooperación en otras áreas”, dijo el conservador en Berlín en relación a la Convención de Dublín, que establece que los migrantes deben solicitar asilo en el país de la UE que primero pisan, lo que perjudica enormente a países costeros como Italia, España o Grecia.
Tras un enfrentamiento que amenazó con derribar el Gobierno en Berlín, las cúpulas de los tres partidos de la coalición de la canciller alemana Angela Merkel -la CDU, la CSU y el Partido Socialdemócrata (SPD)- alcanzaron en la noche del jueves un acuerdo que contempla la expulsión de migrantes desde la frontera alemana a los estados del bloque por los que entraron Europa.
Para ello, Berlín trabaja en acuerdos bilaterales con los países que tienen frontera exterior, como Italia España y Grecia -con estos dos últimos Merkel ya anunció sendos compromisos en la cumbre de la UE-. “Llegar a estos pactos es un proceso que requiere mucho trabajo”, recalcó Dobrindt.
