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Derecho a replica de Orly Mayorga por un comentario surgido en un portal de noticias

Por Orly Mayorga. Sí, a ti me dirijo, Priscila Punzón, tras haber leído un comentario tuyo que, captura telefónica mediante, me hizo llegar un amigo.

He aquí la captura:

Sé que esto se publicó en el Facebook de ADN Sur a mediados de mayo de 2020.
Reproduzco a continuación tu comentario de manera literal, palabra por palabra, punto por punto, coma por coma:

amplitud de pensamiento y cultura? Con “Rápido y furioso” y “Batman” o “El hombre araña”? por favor señora! con todo respeto, este cine solo es mero entretenimiento. ni espacio INCAA tiene, cuando debería por ley nacional. por mí que lo cierre. lo lamento por los empleados. pero Ergas y compañía deberá reinventarse, como ya tantos lo están haciendo. y que deje de llorar por los medios. voto por un cine que realmente enseñe y nos deje pensando, un cine con mayor diversidad y no tan pochoclero. ojalá que esta crisis sea una oportunidad para instalar una propuesta diferente en Comodoro

Lo primero que puedo decirte de esto que has escrito, es que indudablemente tienes un grave problema con la utilización de las mayúsculas y los signos de puntuación; así que me he tomado la libertad de efectuar las correcciones pertinentes:

¿Amplitud de pensamiento y cultura? ¿Con “Rápido y Furioso” y “Batman” o “El Hombre Araña”? ¡Por favor, señora! Con todo respeto, este cine solo es mero entretenimiento. Ni espacio INCAA tiene, cuando debería por ley nacional. Por mí, que lo cierre. Lo lamento por los empleados. Pero Ergas y compañía deberán reinventarse, como ya tantos lo están haciendo. Y que deje de llorar por los medios. Voto por un cine que realmente enseñe y nos deje pensando, un cine con mayor diversidad y no tan pochoclero. Ojalá que esta crisis sea una oportunidad para instalar una propuesta diferente en Comodoro.

Así ha quedado mejor, ¿no lo crees?
Pero no es mi propósito darme a corregir textos, aun cuando en su redacción exhiban deficiencias que me parecen impropias de una persona que funge como comunicadora social.
Es mi propósito brindar mi réplica a lo que has dicho; lo cual haré ateniéndome al texto original porque es, obviamente, lo que éticamente corresponde.
Así que aquí voy…

Tú dices: ‹‹amplitud de pensamiento y cultura? Con “Rápido y furioso” y “Batman” o “El hombre araña”? por favor señora! con todo respeto, este cine solo es mero entretenimiento››. Pues yo te digo que, gusten o no, Batman y el Hombre Araña son íconos culturales. También lo son Dominic Toretto, sus amigos y los autos tuneados. Ergo: forman parte de la cultura.

Cultura popular, la cual parece no ser de tu agrado, pero cultura a fin de cuentas. Porque la noción de cultura, bien se sabe, es relativa.
¿Eres tú una de esas personas que condenan lo popular?
Si acaso lo eres, te comento que grandes compositores como Beethoven, Schubert, Rimsky-Korsakov, Dvorák y Wagner se inspiraron en la música popular para crear muchas de sus obras más sobresalientes. Wagner incluso desarrolló un estilo que, más tarde, se convertiría en la base para la composición de la música de películas. Esto se hace notar en los trabajos de Miklos Rozsa, Maurice Jarre, Jerry Goldsmith, John Williams y Basil Poledouris, entre otros.

En cuanto a la amplitud de pensamiento, a mí me consta que muchos cómics de superhéroes han sido objeto de profundo análisis, debido a las cuestiones existenciales que sus diversos personajes e historias plantean.
¿Es que acaso puede darse esto en el género fantástico?
Claro que sí.
Rod Serling lo estableció hace más de sesenta años en “The Twilight Zone”.
Yendo contra la represión del mccarthismo por entonces todavía en auge, Serling desarrolló una serie televisiva que contenía más de lo que aparentaba a primera vista.
¿Cómo logró hacerlo? ¿Cómo logró atravesar el filtro de la censura?
Haciendo que un comentario ‹‹espinoso›› saliera de la boca de, por ejemplo, un extraterrestre. Si el que decía ‹‹eso›› no era humano, estaba todo bien.

En cuanto a los superhéroes, tenemos que “Superman: The Movie” es una sobresaliente obra cinematográfica, que “The Dark Knight” es considerada una obra maestra, que “Black Panther” fue nominada al Oscar como Mejor Película y que “Spiderman Into Spiderverse” lo ganó como Mejor Film de Animación.
Y si las películas de este género pueden llegar a eso, es porque su valor tienen.
Un valor que podrá no ser de tu agrado, pero que valor es.
Lo cierto es que amplitud de pensamiento y cultura son temas que claramente dan para el debate amplio y profundo. Quizás un día, deberíamos organizar y llevar a cabo dicho debate, cara a cara por supuesto. Si la idea te interesa, creo que sabes dónde encontrarme.

Hace más de ciento veinte años, dos hermanos franceses tomaron la feliz decisión de capitalizar un invento que no era totalmente suyo. Hicieron exhibiciones de filmaciones, hoy históricas, que incluían gente saliendo de una fábrica y un tren arribando a una estación; y fue un éxito. ¿Imaginaron ellos cómo evolucionaría eso que estaban iniciando?

¿Imaginaron que se convertiría en una forma mayor de expresión artística, dando lugar a discusiones apasionadas sobre lo que es bueno y lo que es malo?
De cierto tipo de títulos que Sudestada Cinematográfica y Espectáculos S.R.L. suele exhibir, tú dices: ‹‹este cine solo es mero entretenimiento››.
Lo dices como si fuera el único tipo de cine esta empresa exhibe.
Bien sabes que no es así. Nunca lo ha sido.
Y sobre esos géneros que tanto te desagradan, yo digo: ‹‹Este cine es entretenimiento››, así, sin el ‹‹solo›› y sin el ‹‹mero››, palabras que tú aplicas con obvio menosprecio.
¿Acaso es malo que las personas se entretengan?
Tienen derecho a ello, amén de que es saludable.
Ah, pero no creas no te comprendo.
Es maravilloso sumergirse en las honduras del cine de Dreyer, Buñuel, Clair, Bergman, Cocteau, Fellini, Resnais, Antonioni, Kurosawa, Kubrick, Tarkovsky, Angelopoulos, Wenders, Trier, Lynch y otros.
Pero te equivocas, y mucho, si piensas que al buen cine se llega únicamente yendo por esos caminos.
En el cine la calidad, desde mala a sobresaliente, es una característica común a todos los géneros, a todos los estilos, a todos los movimientos. Hay cine comercial y pasatista de excelente nivel, así como hay cine autoral y de arte y ensayo que deja mucho que desear. No todo lo que reluce es oro y no todo lo que se ve opaco es fango.
Esto se da en todas las ramas del arte.

Paso ahora a hablarte de Diego Gastón Ergas.
Él es, entre otras cosas, un empresario.
Y todo empresario, cuando pone su emprendimiento en marcha, lo hace esperando beneficiarse con ello, prosperar.
Sí, prosperar.
Sobre que no hay mal alguno en ello, es un derecho que todos tenemos.
Todo empresario sabe además que, si aspira a prosperar, debe seguir una regla de oro: darle al cliente lo que el cliente quiere.
A Diego Gastón Ergas le ha significado darle a una atendible mayoría del público comodorense lo que quiere ver.
Oh, sí; una atendible mayoría, no la totalidad.
Inevitablemente, hay un porcentaje de público insatisfecho al que se procura darle el tipo de cine que reclama, lo cual no es posible tan a menudo como quisiéramos.

Al respecto, tengo una historia que contarte, lo que nos lleva a: ‹‹pero Ergas y compañía deberá reinventarse como ya tantos lo están haciendo››.
¡Reinventarse!
Eso es algo que Diego Gastón Ergas ha hecho más de una vez.
Se reinventó en 1993, a los veinticuatro años de edad, cuando le dio una sala de cine a
Comodoro Rivadavia en un momento en que la ciudad carecía de tal cosa.
Se reinventó en 2000, cuando concretó El Club del Cine, lo que nos lleva a otra cosa que tú dices: ‹‹voto por un cine que realmente enseñe y nos deje pensando, un cine con mayor diversidad y no tan pochoclero››.
Todos los lunes, el Cine Teatro Español hacía a un lado su programación comercial para exhibir material de cine alternativo. Y todas las películas estaban en formato de cinta 35mm, de rigor en ese entonces. Durante los casi cinco años en que logró mantenerse activo, El Club del Cine llegó a reunir un promedio de 120 personas por función. No parece ser un mal número, ¿verdad? Pero el Cine Teatro Español tiene capacidad para 700 personas.

Diego Gastón Ergas volvió a reinventarse en 2004, y fue una reinvención por partida doble: concretó la reapertura del Cine Coliseo y convirtió al Cine Teatro Español en un centro cultural.
Sí, has leído bien: en 2004, Diego Gastón Ergas convirtió al Cine Teatro Español en un centro cultural, lo que nos lleva de nuevo a eso que tú dices: ‹‹voto por un cine que realmente enseñe y nos deje pensando, un cine con mayor diversidad y no tan pochoclero››.
Sí, ese hombre a quien maljuzgas estaba votando por lo mismo que tú votas.
Mejor aún, estaba jugándose a concretarlo.
Esto nos lleva a otra cosa que dices: ‹‹ojalá que esta crisis sea una oportunidad para instalar una propuesta diferente en Comodoro››.
Pues a propósito de crisis, Diego Gastón Ergas venía de remontar una: la del corralito.
Y aun así, estaba jugándose con esa propuesta diferente a la que te refieres.
Bajo la dirección de la profesora Cristina Morales, anteriormente Directora de la Escuela Superior de Arte de Comodoro Rivadavia, el Cine Teatro Español funcionó como centro cultural, exhibiendo cine de otras latitudes, las cuales comprendían Europa, Asia y África.
Cristina Morales conseguía las películas a través de gestiones con embajadas.
Se convocaba a los colegios secundarios para asistir a las exhibiciones, proyectándose todo el material en formato de cinta 35mm.
Paralelamente, se aumentó a tres la cantidad de días semanales de exhibiciones de El Club del Cine.
¿Qué pasó con todo eso?
Pasó que, pese a la intensiva difusión mediática, la gran mayoría de los habitantes de la ciudad no mostró interés por la propuesta, amén de que tres días semanales resultaron ser demasiados para El Club del Cine. La magra asistencia de público no lograba justificarlos.
No había recaudación y, en consecuencia, los números no daban.
Y había que pagar sueldos, alquileres, insumos varios y porcentajes a las distribuidoras (en el caso de las películas de El Club del Cine y de todo el material que se exhibía comercialmente).
Hubo entonces que ponerle fin al centro cultural al cabo de apenas un año, debiéndose por tanto volver a la programación comercial.
¿Sabías tú todo esto?
Me late que no.
Y si no lo sabías, es porque no has investigado como es debido.
Y si no investigaste como es debido, has fallado en tu ejercicio de la tarea periodística.
Pero claro, ¿por qué tomarte la molestia de investigar en profundo?
Más fácil te ha sido salir a criticar sin contar con todos los elementos de juicio, atacando con petulante soberbia.
¡Y te llamas a ti misma Punzón!
¡Pues bien harías en afilarte, ‹‹punzón››, porque muy roma tienes tu punta!
¡Ah! Pero aun así, la clavas.
¡En quien no lo merece!

Prosigamos ahora con la capacidad de Diego Gastón Ergas para reinventarse.
Volvió a hacerlo en 2011, cuando implementó el formato digital (con 3D incluido) en el Cine Coliseo.
Luego, a fines de 2012, nueva reinvención, una vez más por partida doble: implementación del formato digital (también con 3D) en el Cine Teatro Español y apertura del Espacio INCAA (que estuvo activo por más de tres años).
Y ahora mismo, Diego Gastón Ergas sigue esforzándose por reinventarse.
¿Piensas que no es así?
Considera esto: ante la crisis de la pandemia, comercios asentados en Comodoro Rivadavia durante décadas han tenido que bajar persianas y no volverán a subirlas. Y en medio de semejante panorama, Sudestada Cinematográfica y Espectáculos S.R.L. aún resiste, mientras su titular no cesa en sus esfuerzos por mantener la empresa a flote. Y todo empresario sabe, por experiencia, que toda reinvención requiere de inversión, lo cual se ha tornado sumamente difícil en las presentes circunstancias.
Ah, pero es muy fácil decir: ‹‹Ergas y compañía deberá reinventarse››.
Supongo que también te ha sido fácil decir: ‹‹y que deje de llorar por los medios››.
Ah, piensas que lo suyo es llanto.
Pues entérate de que lo suyo es reclamo.
El reclamo comprensible y justo de quien brega por lo suyo.
Me pregunto (y te pregunto) ahora si te ha sido igualmente fácil decir: ‹‹por mí que lo cierre. lo lamento por los empleados››.
Con esas palabras no solo has atacado a Diego Gastón Ergas.
Has atacado a mi fuente de trabajo.
Mía y de una veintena más de personas.
¿Realmente lo lamentas por ellas y por mí?
No lo creo.
Dices ‹‹por mí que lo cierre›› y es como si dijeras: ‹‹Por mí, que esas personas se queden nomás sin empleo››.
Tenemos entonces que ese ‹‹por mí que lo cierre››, además de constituirse en una cruel falta de sensibilidad, expone tu hipocresía.
No me queda mucho más por decir.
Dejo pendiente un tema: el Espacio INCAA.
Si quieres saber sobre ello, te recomiendo que hagas lo que desde un principio deberías haber hecho: hablar con Diego Gastón Ergas.
Sí, deberías llamarlo, ofrecerle una disculpa y solicitarle una entrevista.
Podrían tener una conversación cara a cara, como debe ser. Y estoy seguro de que él no tendrá el menor reparo en responder a tus preguntas.
¿Te animas a tratar de conocer al hombre que en realidad no conoces?
Tú decides.

A tu disposición
Orlando Mayorga, DNI 13.253.404