“No tenía más remedio que vender a mi hijo. Nadie quiere hacer algo así”, lamenta Lailuma, una de centenares de personas que sobreviven en campamentos de Kabul mientras el invierno se aproxima.
“No tenía más remedio que vender a mi hijo. Nadie quiere hacer algo así”, lamenta Lailuma, una de centenares de personas que sobreviven en campamentos de Kabul mientras el invierno se aproxima.