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Petroleros Jerárquicos acercaron donaciones al Centro Familiar ‘Vida’ de Pico Truncado

Con la presencia del Secretario Administrativo, Carlos Díaz; la Revisora de Cuentas, Gloria Barrionuevo y el Encargado de la Sede truncadense de la Institución, Lucas Pichintiniz, se llevó a cabo en los últimos días esta loable acción solidaria, concretada a través de la abnegada tarea de Delegados, Afiliados, Colaboradores y el equipo de las Trabajadoras Jerárquicas.

La iniciativa permitió llegar el día viernes 14 de agosto con la mencionada donación al Centro Familiar ‘Vida’, sito en el barrio 400 viviendas de la ciudad de Pico Truncado, donde se arribó con juguetes, barbijos, libritos para colorear y una bolsa de golosinas para 50 chicos de diferentes edades, en una iniciativa que demandó más de tres semanas de colecta de juguetes.

“Tal como tomó la iniciativa la Delegada Bárbara González en Comodoro, decidimos colaborar con esta institución que tiene a cargo un pastor, que se llama Juan Castro, por lo que nos acercamos al lugar, que está en uno de los sectores con más necesidades de la ciudad”, comentó Pichintiniz.

En diálogo con la Secretaría de Actas, Prensa y Propaganda que conduce David Klappenbach, el Encargado de Sede local indicó que fue un intenso trabajo el realizado tanto para la junta de juguetes como con la confección de libritos para colorear, en un trabajo codo a codo con la rama femenina del Sindicato.

A eso se sumó la donación de barbijos cubreboca para que se les entregue a todos los chicos, con la ayuda de Delegados, Colaboradores  y diferentes Afiliados, además de haberse gestionado ante algunas empresas que siempre dan una mano la compra de golosinas, pudiéndose culminar el día viernes con estas entregas al Centro Familiar ‘Vida’.

El lugar mencionado atiende a unos 40 chicos en forma directa que asisten allí en forma regular y además tiene otro cupo para unos 20 menores que no son siempre los mismos sino diferentes grupos que van rotando para acercarse a paliar sus necesidades básicas.

Pichintiniz enfatizó que “más allá de tratarse de un templo evangélico, ese lugar se utiliza mucho como contención social del barrio, pues se dictan cursos para los chicos tales como música, arte o carpintería; para que se vayan formando más allá de si tienen o no un estudio en otra área”.