En total se calcula que más de 2.2 millones de litros de vino se perdieron y podrían haber llegado al caudal del río Cértima, lo que alertó a las autoridades por el impacto ambiental que podría haber causado.
Calles, patios y hasta sótanos quedaron inundados de vino, y desde la destilería se hicieron cargo “de todos los costos asociados a la limpieza y reparación” de las áreas dañadas por el río de vino.