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En Chubut la nafta sigue aumentando al ritmo del dólar, pero se aleja de la cotización del petróleo

Por Marcelo García (Exclusivo/El Extremo Sur).

El precio de la nafta súper en Comodoro Rivadavia y Chubut sigue de manera constante el aumento del dólar. En los últimos dos años el proceso se profundizó, alejándose nítidamente de las cotizaciones del barril de petróleo. Desde diciembre de 2015 y hasta junio de este año, el precio de la nafta aumentó 96,9% y el dólar creció un 92,4%; mientras que el WTI tuvo apenas una suba del 13,7%.

Desde hace por lo menos tres años y medio el precio de la nafta súper sigue las variaciones del precio del dólar, pero este proceso de intensificó desde la instrumentación del libre mercado en el sector petrolero con la llegada del macrismo.

El ritmo ascendente de la nafta y el dólar se sigue ahondando y es de esperar que las últimas devaluaciones de julio y agosto hagan aumentar aún más el precio del combustible y la brecha con el barril de petróleo se siga estirando.

Mientras tanto, el precio del barril Escalante de Chubut se distancia cada vez más de las variaciones alcistas de la moneda estadounidense y del precio de la súper.

Desde enero y hasta noviembre del 2015, en el último año del kirchnerismo, el precio de la nafta mantuvo una variación idéntica a la del dólar, inclusive se sostuvo esa tendencia a pesar de la suba del precio del barril de petróleo internacional suscitado durante los meses de abril a junio de ese año.

En ese lapso la nafta súper aumentó un 14,4%, el dólar subió un 11,8% y el precio del WTI bajó un 3,1%.

Con los resultados de las elecciones que pusieron a Mauricio Macri en la Presidencia de la Nación y con la primera devaluación de diciembre de 2015, el dólar pegó un salto significativo y el precio de la nafta súper de Comodoro y Chubut fue subiendo pero a un ritmo menor; recién en mayo de 2016 comenzó a cerrarse la diferencia y a lo largo de toda la gestión macrista fue aumentando al compás del billete estadounidense.

Desregulación alcista

El actual Gobierno nacional impulsó la desregulación y dolarización del mercado de los combustibles, sosteniendo durante varios meses que los aumentos en los precios de las naftas iban a determinarse por las variaciones del petróleo internacional, pero también por las del dólar; aunque cuando el crudo tipo WTI fue decreciendo en sus valores mundiales los combustibles se mantuvieron en un claro ascenso que acompañó al dólar.

En casi dos años y medio de gestión macrista la nafta súper de Comodoro y Chubut subió cada vez que lo hicieron el dólar y el crudo, o cada una de esas variables por separado; pero nunca tuvo descensos cada vez que el WTI cayó en sus valores. Desde diciembre de 2015 y hasta junio de este año, el precio de la nafta aumentó 96,9% y el del dólar creció un 92,4%; mientras que el WTI sólo tuvo una suba del 13,7%.

Desde principios de este año el precio de la nafta continuó su tendencia alcista acompañando la trepada del petróleo internacional, generando un acompañamiento del precio de los combustibles con los del crudo, frente a un dólar que en los primeros cuatro meses del año se mantuvo estable. Cuando la cotización mundial del petróleo se estancó o inclusive descendió levemente, los precios de las naftas siguieron la escalada del dólar.

La reciente disparada del precio del billete verde producida desde mayo -que lo llevó en la actualidad por encima de los 40 pesos-, hace presagiar que el valor de la nafta acompañará esa tendencia más allá de los pequeños estancamientos y vaivenes descendientes que tiene el WTI, porque así además lo reclaman las petroleras y en junio ya se comenzó a reflejar el acompañamiento al precio del dólar a pesar de la disminución del crudo.

A junio pasado el dólar promedió los 26 pesos y la posterior suba experimentada lo depositó en los 40 pesos actuales, situación que hace suponer que la escalada de las naftas seguirá de manera constante hasta equilibrarse con el valor del billete estadounidense.

Ganancias empresarias y perjuicios inflacionarios

La lógica desreguladora y dolarizada imperante en estos últimos tiempos indica que las compañías petroleras buscan maximizar sus ganancias y las políticas del gobierno se lo permiten generando –a través de su actitud no intervencionista- una transferencia de recursos hacia las empresas del sector.

La decisión gubernamental de no regular los precios de los combustibles impacta de lleno en el bolsillo de la gente, no solo por sus valores sino también por su incidencia inflacionaria; mientras que por el otro lado favorece a las compañías petroleras que por cualquiera de las variables en juego se ven beneficiadas; y además presionan para la permanente suba de los combustibles bajo la amenaza de desinvertir si no se cumple con sus exigencias.

Las consecuencias adicionales de esta política pro-empresarial, avalada por el Gobierno nacional y sostenida por la apología del libre mercado, genera efectos adicionales que sacuden casi de manera constante a la economía porque los valores de los combustibles tienen una incidencia muy fuerte en los ritmos inflacionarios y casi indefectiblemente terminan siendo trasladados a los precios de todos los productos; deteriorando notablemente el poder adquisitivo de los sectores empobrecidos y la población en general.