Cargando...
Marca

Las mañanas siempre van a ser alegres

Por Javier Andrés Villarroel.

Siempre, esa alegría, va a traspasar el parlante de la radio; esté el día nublado y frío, esté insoportablemente ventoso, o bajo un cielo azul bandera, llenos nuestros pulmones de aire de mar, con un sol de verano sureño acariciándonos.

Así, un día, un Oso nació bajo un hábitat un tanto raro; un estudio de radio. Cual reserva natural prodigiosa, fueron las consolas y los micrófonos, las cintas de grabación y la pasión por entender al éter, los que vieron nacer a nuestro pequeño Oso.

Un día apareció en la radio, hablando y presentándose ante la audiencia. Era raro, para todos nosotros.. Un Oso, hijo de Tigre…?? Algo nunca visto. Y menos por estos lares, de fauna escasa y viento melancólico.

Lugar de ocasionales ballenas que asomaban curiosas en la costa, de petróleo urgente y de agua dulce…escasa…siempre escasa.

Era nuestro. De todos nosotros, por la sencilla razón de que Carlos Omar, decidió que así fuera.

Como decidió cientos de cosas, para que el corazón del maravilloso Golfo San Jorge, latiera a su ritmo. Al ritmo de una bestia comunicacional, que entendió todo, desde siempre. Desde el minuto cero del Todo.

Decidió así que su sangre hecha verbo, impregne nuestras vidas, para siempre… hasta que el viento cese sus intentos de limar y desgastar a un comodorense.

Habrá presentado a sus vástagos ante nuestra porción de Atlántico, en la Costanera, antes que a nosotros, sus fieles oyentes? Seguramente sí. Debe haber recorrido, una madrugada fría de domingo, toda la San Martín, desde los barrios que nada tenían (sólo una radio), hasta el centro que rodea la Catedral; para ver si algo o alguien, que sintiera lo contrario, impugnaba su deseo de que el Oso, Su Oso, sea de todos nosotros…sin retorno.

Y así fue.

Fue parte nueva, de nuestras mañanas.

Nuestras Mañanas Alegres, a veces nos confundían con timbres vocales, tan parecidos. Nos quedábamos pensando (al principio)..”Ese es Omar?..Carlos Omar?….para luego concluir…”Es el Oso…el Hijo…”

Después creció. La selva fue su selva. Su Comodoro, el nuestro. Y todo estuvo bien. En sintonía. Nosotros, el público. Y ellos, nuestro pulso.

Hoy dicen que se fue. El viento del sur, que nos sacudió a todos desde siempre, decidió montarlo a sus espaldas y llevarlo a un lugar, inimaginablemente bello. Allí donde todo es sonido. Al Paraíso del Verbo. Allí donde todo es palabra y sentimiento. Dónde se funde el pensamiento y la frase. Allí donde los pulmones fraguan ideas y, ellas mismas, se visten de gala, para entrar a nuestra memoria, y así, ser parte de la eternidad.

¿Dios tendrá una radio? No le hace falta.

Un Oso Inmenso, le transmite todo ahora. Le cuenta cómo el mundo late, y los planetas ríen. Cómo los seres sufren y gozan por igual. Le relata el Universo, con voz de Patagonia, alegrando aún más sus mañanas. Nuestras mañanas, Mañanas Alegres, con Carlos Omar.

Javier Andrés Villarroel.‐ Comodoro Rivadavia‐ 11‐12 de Junio de 2021.