Por: Germán Velazco
Estamos en tiempos donde este virus asusta a grandes y chicos. Los grandes se cuidan para poder seguir viviendo y la llegada de la vacuna fue un gramo de esperanza en medio de tantas noticias de contagios, muertes y nuevas olas azotando no sólo a la Argentina sino al mundo entero.
Durante la tarde del miércoles ingresamos a comprar a un comercio de la zona sur de la ciudad, recorrimos, buscamos lo que necesitábamos pero en un momento dado nos dirigimos al sector de verduleria. Entre consultas y elegir los productos , charlamos con un señor que muy amable nos atendió. Hasta que en un momento nos dice:
“Sabe que? Hoy estoy feliz! Me acaban de llamar que el viernes tengo el turno para vacunarme”
Lo observamos y su rostro brillaba de felicidad era como un poco de agua en medio del desierto. Le preguntamos por su nombre y responde “me llamo Demetrio Vargas y tengo 67 años. Esperaba este llamado con mucha ansiedad, como hace 2 meses que me anotaron y yo quería vacunarme”, comentaba más que felíz.
Y de paso agregaba ” queria vacunarme porque no quería andar con miedo, pensando si me contagiaba en el colectivo, en el trabajo o donde sea. Entonces esto me da calma”.
Demetrio además nos contó que es fanático de Radio del Mar, quizás sin preguntárselo salió la conversación, sumando que ” desde las 6 de la mañana tengo la radio prendida”.
Llegaba el momento de pagar y despedirnos pero sin antes escucharlo una vez más decir : ” no saben la felicidad que tengo, es como volver a vivir, ahora voy a estar preparado con más fuerza por si me agarra el virus”.
Y es así, en tiempos donde muchos han perdido familiares o amigos, algunos esperaban con ansias la posibilidad de vacunarse, hoy le tocó a Demetrio Vargas que al despedirse siguió acondicionando su verduleria con la esperanza que lo mejor está por venir.