Cargando...
Marca

La Justicia decretó la quiebra del Correo Argentino

La jueza en lo Comercial Marta Cirulli decretó hoy la quiebra del Correo Argentino S.A., empresa del Grupo Macri, tras dar por fracasado el proceso de salvataje, informaron fuentes judiciales.

La decisión hizo lugar a lo solicitado por el procurador del Tesoro, Carlos Zannini, quien ayer había sido acusado por el exmandatario a través de una carta pública en la que sostuvo que “el Gobierno buscaba venganza y tenía como objetivo a sus hijos”.

“Hágase saber la quiebra decretada, a cuyo fin ofíciese a la Inspección General de Justicia, y al Banco Central de la República Argentina. Requiérasele asimismo a este último, que comunique el estado de falencia a todas las instituciones de crédito del país, las que deberán trabar embargo sobre todas las sumas de dinero y otros valores que se encuentren depositados a la orden de la fallida, y procedan a transferirlos al Banco de la Ciudad de Buenos Aires, a la cuenta de autos y a la orden de la suscripta”, dispuso Cirulli en su resolución.

La sentencia dispone, además, que se intime a la empresa, sus apoderados y terceros para que, dentro del quinto día, entreguen o pongan a disposición del síndico la totalidad de los bienes de la deudora. Por otra parte, intima a que, dentro de las 24 horas, se entregue al síndico los libros de comercio y demás documentación relacionada con la contabilidad.

Por último, prohíbe a terceros hacer pagos a la empresa declarada en quiebra, caso contrario estos serán ineficaces, y prohíbe la salida del país de sus administradores hasta el 1 de noviembre, cuando se presentará un informe general.

En su fallo, Cirulli adoptó la misma línea de la fiscal en lo Comercial, Mónica Mauri; de la fiscal general del fuero, Gabriela Boquín; y del procurador Carlos Zannini; así como también de la AFIP.

Así se desprende de los considerandos del fallo, donde la jueza enfatizó que el Estado Nacional se sujetó al procedimiento concursal por casi veinte años, haciéndose parte en el proceso, negociando con la empresa concursada, asistiendo a las audiencias donde fue convocado, todo para obtener el cobro de su crédito (lo cual, en definitiva, se proyecta a la sociedad toda), originado hace al menos veinte años en condiciones económicas y de mercado diferentes a las actuales.