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John Lennon y su disco maldito

Hoy John Lennon cumpliría 81 años

Para mediados de 1973, la vida de John Lennon tambaleaba desde distintos frentes. Tras empezar su carrera post Beatles con discos increíbles como Plastic Ono Band e Imagine, sus últimos dos lanzamientos -Some Time in New York City y Mind Games- no gozaban de la venia del público y la prensa.

La escalada que lo erigió en un líder social por los derechos civiles lo había puesto en el centro de la escena política y convertido en un nuevo objetivo del gobierno de Richard Nixon, que tenía a su favor la faltada de visado permanente del músico en los Estados Unidos. Incluso, su fuerte matrimonio con Yoko Ono tambaleaba.

Como si fuera poco, al poco tiempo se le sumó un nuevo conflicto. Morris Levy, el dueño de un catálogo de canciones oldies, buscó llevar a juicio a Los Beatles y, principalmente, a Lennon acusándolo de que “Come Together”, el tema apertura del monumental Abbey Road, plagió “You Can’t Catch Me”, un tema de Chuck Berry de su pertenencia. El riff guarda cierta similitud pero la utilización de la frase “Here come old flat-top” es innegable.

Después de que sus abogados negaran las acusaciones, y con el objetivo de no seguir sumando frentes de batalla, John llegó a un acuerdo extrajudicial en el que comprometió a grabar tres canciones de su propiedad en su próximo álbum. Lennon hacía rato que venía barajando la idea de “regresar a las fuentes” y hacer un disco de covers de las canciones que habían forjado su adn musical cuando todavía era un teddy boy en Liverpool, por lo que el arreglo llegó en un buen momento.

 

(Morris Levy)

En crisis con Yoko, el beatle se escapó a Los Ángeles con su asistente May Pang para comenzar lo que más tarde llamaría su “Lost Weekend”, un periodo que se extendió 18 meses y que devino en tres discos y un montón de borracheras con amigos famosos antes de regresar rendido a los brazos de su esposa.

Para su disco de rock and roll volvió a convocar a Phil Spector, con quien había trabajado en Let It Be y sus primeros dos discos solistas. Otrora genio musical, el productor bordeaba la locura y el delirio -sumado al desbande de los músicos- por lo que las primeras sesiones fueron totalmente improductivas. Un día, Spector cayó al estudio disfrazado de cirujano y pegó un tiro en el techo del estudio, lo que le provocó una lesión en el oído a Lennon. A principios de 1974, Spector secuestró las cintas de las grabaciones y se borró del mapa, hasta que en marzo del 1974 y tras un accidente de auto, quedó en coma y el proyecto fue archivado.

(Phil Spector)

Lennon regreso a Nueva York para grabar Walls and Bridges, compuesto durante los últimos meses y que, con la colaboración de Elton John en “Whatever Gets You Through The Night”, lo devolvería a la cima de los charts. El lanzamiento incumplía el acuerdo con Levy ya que solo incluía una canción de su catálogo, y expuso a Lennon a una nueva demanda.

A las apuradas, reservó tiempo en los estudios Record Plant de Nueva York, convocó a los músicos y grabó el álbum en cuatro días durante octubre del ‘74. Para tranquilizar a Levy, le entregó las cintas crudas, sin mezclar ni masterizar, para mostrarle el progreso en el trabajo. El productor, fiel a su fama carroñera, imprimió copias de esas cintas y las editó bajo el nombre Roots: John Lennon Sings the Great Rock & Roll Hits.

Esa publicación hizo que Capitol adelantara el lanzamiento de Rock N’Roll para febrero de 1975. El álbum recibió críticas diversas pero 45 años después sigue sonando fresco, sincero y la versión de “Stand By Me” se inscribe entre las mejores canciones de la historia. La edición del disco supuso también el final de la aventura de Lennon lejos de Yoko Ono, quien en el 9 de octubre de 1975 dio a luz a Sean, el tan ansiado hijo de la pareja.

Durante los próximos cinco años, Lennon se convirtió en un amo de casa y se alejó de la música hasta que un par de meses antes de su muerte, y durante un viaje de Yoko para desintoxicarse de un nuevo pico heroinómano, aparecieron las canciones del bellísimo Double Fantasy. El final es conocido, doloroso, y ya no merece ser relatado.