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Alemania se prepara para resguardar a los sin techo del duro invierno

Las grandes ciudades alemanas se preparan para dar cobijo a las personas sin hogar y evitar que sucumban al duro invierno del país europeo, donde el número de sin techo no ha parado de crecer desde hace años.

Sólo en Hamburgo viven unas 2.000 personas en la calle, de acuerdo con una encuesta encargada por la ciudad, que aún no ha sido publicada oficialmente. Desde 2009, el número de personas sin residencia permanente en la ciudad hanseática se ha duplicado. Dos de cada tres tienen pasaporte extranjero y la mayoría de ellos viene de Europa del Este, los Estados Bálticos y los Balcanes. En invierno la ciudad ofrece 760 plazas adicionales para pernoctar.

También en Berlín, la falta de vivienda se ha convertido en un problema cada vez más visible en los últimos años. Se estima que entre 6.000 y 10.000 personas viven permanentemente sin un techo sobre sus cabezas. Según datos de organizaciones humanitarias, entre ellas hay más jóvenes que en el pasado, más mujeres y también más personas discapacitadas, incluidas 35 personas en sillas de ruedas. Las iglesias y otras instituciones sociales proporcionan 1.000 plazas.

Este invierno, las autoridades de transporte público de Berlín (BVG), que tradicionalmente mantenían abiertas dos estaciones de metro por la noche como refugios para las personas sin hogar, intentaron cerrar también esos lugares por razones de seguridad. Sin embargo, la responsable del departamento social de la capital alemana, Elke Breitenbach, intervino para evitarlo. “Berlín cree que la BVG, como empresa estatal, tiene una responsabilidad social para con esta ciudad”. Finalmente, se logró que las estaciones permanezcan abiertas.

El metro también juega un papel importante en Fráncfort. Durante cerca 20 años, se permitió a las personas sin hogar pasar la noche en invierno en el entresuelo de una estación en el centro de la ciudad.

Sin embargo, a partir de este invierno, por primera vez el metro y los trenes de cercanías también circularán por la noche, lo que ha provocado que esto ya no sea posible. Por ello, la ciudad ha habilitado plazas extra para dormir para los más necesitados en otro punto de la ciudad con capacidad para cerca de 120 personas.

Así, todas las principales ciudades de la mayor economía alemana se preparan año tras año para ofrecer algún alojamiento a las personas que viven en la calle el resto del año para que no mueran congeladas en las frías noches del invierno alemán que pueden llegar en algunos casos hasta bastantes grados bajo cero.

El principal problema suele ser que en muchos de los albergues no están permitidos los perros y muchos de los sin techo suelen ir acompañados por estos animales con los que comparten su vida. “Muchos prefieren dormir fuera en un saco de dormir con su amigo”, explica Daniel Stumpe de la asociación de Düsseldorf “vision:teilen”.