Hoy viernes 23 de septiembre, en el primer programa de “Aire de Cannabis”, se dialogó con Carola Pedraza, mamá de Micaela, quien no tuvo techo cuando se trató de buscar la calidad de vida para su hija.
Micaela tiene un diagnóstico de Epilepsia Refractaria, refractaria significa de difícil control.
En el 2016 Carola movió cielo y tierra para que su hija mejore. Micaela frente a distintos esquemas anticonvulsivos probó más de diez drogas diferentes en las mejores clínicas de argentina, pero aun así su madre no encontraba una solución, su hija seguía convulsando, y eso conlleva a muchas consecuencias físicas, deterioros y sufrimiento.
“Charlando con unas mamás en Buenos Aires, me comentaron esto del cannabis, pero lo hacían todo a escondido, y si hay algo que no tengo es vergüenza dije, no porque si no hay nada malo, aparte primeramente soy mamá, en mi vida siempre lo dije, soy mamá y voy a luchar por lo que sea para mi hija porque quiero que sea feliz, quiero que este bien”.
En aquel entonces, 2016, le habían dado un diagnóstico con un acotado pronóstico de vida a Micaela.
“Yo quería un aceite para que Mica no convulsive más y lo logramos, en su momento fue re difícil, yo ya hacía mis cosas para obtener el aceite por mi cuenta, incluso salimos en la TV Nacional… como eran los pasos para llegar hasta la aduana, para obtener el producto, la compra en dólares, el ANMAT”.
El antes y el después de la primera ingesta de aceite de cannabis:
“En Comodoro hay muchos chicos epilépticos, jóvenes, niños, muchos pacientes epilépticos que saben que una convulsión es muy fuerte, se sacuden, sufren, después tienen dolor muscular, algunos pierden el conocimiento, respiran con dificultad, saturan bajo. Todo esto se daba en Mica nueve veces al día en distintos momentos del día, y bueno también los golpes, que se caía, se golpeaba, tiene puntos en distinta partes, entonces todo eso era muy triste y yo estaba muy mal por verla así y no poder hacer nada, una persona me regalo aceite de Charlotte, yo tenía miedo como cualquier persona, que le voy a dar, cómo lo voy a hacer. Mi médico me apoyaba 100%… Le di las gotas que me dijo esa mamá y fue un antes y un después, ese día no convulsivo más, durmió, se recuperó y al otro día se levantó, volvió a caminar, que no caminaba por tantas convulsiones, volvió a comer porque le abrió su apetito, y así fue progresivamente mejorando”
Fue un cambio para toda la familia, principalmente para Micaela.
“Hoy en día ella es una nena feliz, totalmente feliz, no convulsiva, esta re bien de salud y el cannabis fue el inicio y la acompañó varios años y hoy en día logramos lo que buscábamos, la plenitud de poder vivir tranquilas y ella ya hace sus cosas acorde a su edad”.
