Gimena Extremador fue asesinada con ensañamiento. Un vecino la encontró ya muerta, tirada en la calle, ensangrentada y sin una de sus extremidades. Nelson Saldivia, expastor, está detenido por el crimen. En su casa había sangre y ropa de mujer recién lavada.
Shock. Conmoción. Impotencia. Las sensaciones de la comunidad lasherense al trascender los detalles estremecedores del asesinato de Gimena Yaneth Extremador, de unos 28 años, madre de dos niños y una niña.
El crimen fue descubierto alrededor de las 7:30 de este viernes por un vecino que caminaba por una calle de tierra del barrio El Calafate, en Las Heras y dio inmediato aviso a la policía. El testigo circunstancial divisó un cuerpo humano que estaba siendo devorado por perros vagabundos, a menos de veinte metros de una calle sin nombre, en un descampado que da hacia un yacimiento petrolero. Además, presentaba manchas de sangre en el rostro y el cuerpo y le faltaba el brazo izquierdo.
En el lugar también se hicieron presentes peritos de la División Criminalística y de la División de Investigaciones que se ocupó de tomar testimonios a familiares y recabar otras informaciones para esclarecer este caso que se trataría de un femicidio.
Del trabajo de los investigadores se dio con un nombre: Nelson Saldivia, un ex pastor evangélico de unos 40 años, quien habría mantenido una relación -por lo menos- de amistad con la fallecida.
Saldivia fue demorado en su casa, cerca del mediodía. Estaba nervioso y alterado. Había cerrado su portón con candado al ver algunos vehículos de civil de los policías por la zona. Tenía consigo dos bolsas con prendas de vestir muy mojadas. Como de haber sido recientemente lavadas.
En el baño se hallaron manchas de sangre y un cuchillo ensangrentado. En el cuerpo de Gimena se contabilizaron, al menos, 20 heridas punzo-cortantes.
El padre de la víctima dejó una cruz artesanal en el lugar donde hallaron a su hija.
Fuentes: La Opinión Austral // El Patagónico