“Por este motivo llamamos a promover inversiones y financiamiento que permitan implementar la acción climática. Por eso resulta necesario más que nunca un nuevo diseño de la arquitectura financiera internacional”, remarcó el mandatario.
Fernández señaló que “hemos adherido e impulsado iniciativas globales, como el compromiso global de metano y la Declaración de Líderes Sobre bosques y uso de la tierra”, compromisos “que representan en un enorme desafío para la Argentina, un esfuerzo considerado en estas circunstancias, y también matrices productivas nacionales”.
Para Fernández, “la transición debe ser justa y de ningún modo puede agravar las inequidades”, y propuso que “en conjunto debemos generar las condiciones habilitantes para transicionar hacia matrices productivas limpias, diversas y sostenibles”.
En ese sentido, puntualizó: “La innovación tecnológica y de procesos, las buenas prácticas y el conocimiento puesto a disposición de este desafío nos va a permitir alcanzar la transición justa que estamos buscando”.
“Las hojas de ruta que estamos diseñando sobre cómo cumpliremos nuestros compromisos permitirán que otros puedan sumarse a nuestros esfuerzos y complementarlo, en estrecha relación con las provincias y actores de toda sociedad, pero también en articulación con iniciativas regionales y globales”, señaló el mandatario, afirmando que “juntos estamos trabajando en el Plan Nacional de Cambio Climático que presentaremos en la próxima Cumbre de la partes en Egipto, en noviembre próximo”.
Este plan “incluirá medidas sectoriales y transversales, con objetivos específicos para la concreción de los compromisos asumidos, pensando en el 2030”, y que incluye entre otros, “un plan de transición energética que contemple la incorporación de un 30% de energía renovable en la matriz de generación eléctrica y un 20% de vehículos con combustibles bajos en emisiones”, reportó Fernández.
Todo eso se hará “de la mano de una gestión sostenible de los sistemas alimentarios, optimizando la utilización de insumos y fertilizantes y la conservación de la biodiversidad y bienes comunes”, que permitirán “seguir aportando de modo creciente más alimentos y servicios ambientales que el mundo necesita”, y que “sintetiza allí también el conjunto de medidas que limitarán las emisiones”, consideró.